Poesia plebeya

El rap constituye un fenómeno complejo que interpela a las agendas de la academia y de la alta cultura. Su estética plebeya desafía las jerarquías y batalla contra los prejuicios letrados. Palabra ritmada, no cantada, en la que el ritmo es sinónimo de golpe, impacto al tiempo que fluidez, naturalidad.

El rap forma parte de un movimiento mayor: la cultura del hip hop, una formación artística y social que crece aceleradamente desde mediados de la década del setenta en las periferias urbanas de todo el planeta. Bajo su nombre, se reúnen un conjunto de disciplinas que ponen en relación a diferentes prácticas simbólicas. Inicialmente, se componía de cuatro elementos: el rapero (Maestro de Ceremonias o MC) es quien “habla” cuando el discjockey (DJ) ejecuta su música; el breaker (b- boys) que danza pasos robóticos e imita la síncopa de la música rap. El cuarto elemento, el graffiti es el arte de pintar con aerosol de colores, generalmente bien fuertes, los muros, vagones de trenes o predios abandonados en las grandes ciudades. A esta formación de sus comienzos se fueron agregando otras manifestaciones. Entre las más interesantes figuran, por un lado, las realizaciones audiovisuales que circulan fundamentalmente por la web; por el otro, las formas alternativas de organización de proyectos a fin de facilitar la adquisición, producción y distribución de conocimientos.